Esta exposición muestra la estrecha colaboración que, a mediados del siglo pasado, se dio entre el arquitecto madrileño Luis Cubillo de Arteaga (1921-2000) y el artista alicantino de Mutxamel Arcadio Blasco Pastor (1928-2013), cuya obra supuso el contrapunto perfecto para la radical arquitectura de Cubillo.
Si lo habitual, sobre todo en la construcción de los nuevos templos, era la subordinación del artista al arquitecto, en su caso se dio una absoluta libertad. Blasco pudo experimentar con la forma, el color, la materia y las grandes dimensiones para conseguir efectos plásticos que enriquecieron decisivamente los edificios de Cubillo, con hitos como la iglesia del poblado dirigido de Canillas y el Seminario de Castellón. Para éste último proyectó la mayor vidriera de su tipo realizada en España hasta el momento, con una gigantesca espiral de luz que cubría la totalidad del espacio sacro.
Es fácil rastrear la evolución de la obra plástica del artista en esos años, desde la figuración hasta su deriva hacia una abstracción orgánica. Las espirales o los desarrollos dieron paso a los objetos-idea, y todos ellos encontraron su trasunto en las vidrieras de los templos de Cubillo.

Y, aunque las geometrías posconciliares del arquitecto se tornaron más complejas, Blasco fue capaz de dar respuesta eficaz a sus nuevos requerimientos, y seguir experimentando técnica y formalmente, con resultados especialmente brillantes en las madrileñas parroquias de San Fernando y de Jesús de Nazaret.
Todos los templos destacados de Cubillo contaron con la aportación de Blasco, fundamentalmente por su perfecto entendimiento de la sencilla dialéctica de contrarios que subyacía en su arquitectura. Ambos compartieron una visión vanguardista de sus respectivos oficios y una común necesidad de apoyar sus diseños en un dominio de la técnica que los propiciaba.
La relación que se estableció entre Blasco y Cubillo estuvo jalonada también de momentos vitales importantes, entre ellos el diseño para la casa taller del artista y su familia en Bonalba en 1964, su definitivo refugio alicantino.

Con motivo del 40 aniversario de la EMVS de Madrid se plantea esta exposición que quiere presentar, a través de una selección de fotografías de algunas de sus intervenciones en la ciudad, su trabajo durante estos años.

Le Empresa Municipal de la Vivienda tiene su origen en otras organizaciones municipales como fueron el Patronato Municipal de Casas Baratas, Patronato Municipal de la Vivienda, Gerencia Municipal de Urbanismo y VISOMSA, hasta que el 17 de julio de 1981 se constituye la Empresa Municipal de la Vivienda de Madrid, S.A. (EMV) y se aprueban los estatutos en escritura pública, otorgada el 18 de septiembre de 1981.

En 2005 la Empresa Municipal de Suelo, heredera de la Empresa Municipal del Puente de Ventas, se fusiona con la EMV, momento a partir del cual se constituye la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid, S.A. (EMVS).

La exposición, dividida en tres apartados, pretende agrupar las múltiples actividades de la Empresa:

Urbanismo: se presentan proyectos de urbanización, mejora de infraestructuras, parques, jardines, actuaciones en plazas, peatonalización de calles y mejora de pavimentos, así como elementos ornamentales: esculturas urbanas y embellecimiento de fachadas.

Rehabilitación: se incluye la rehabilitación de viviendas en la almendra central; adecuación de edificios en barrios, mejorando el aislamiento de las viviendas y su accesibilidad mediante acuerdos específicos; y la rehabilitación y restauración de edificios históricos y/o elementos artísticos protegidos.

Nueva Edificación: muestra una selección de edificios destinados a venta, alquiler o realojo.